Hcg 237 a las 5 semanas
La micción frecuente durante el embarazo afecta a la mayoría de las mujeres. Suele comenzar al principio del embarazo, disminuye un poco en el segundo trimestre y vuelve a intensificarse más adelante. El aumento de las ganas de orinar durante el embarazo puede deberse a los cambios hormonales, al aumento de líquidos y a la creciente presión del útero sobre la vejiga. Mantente hidratada, pero trata de evitar las bebidas diuréticas como los refrescos y el café, de vaciar completamente la vejiga cuando orines y de reducir las bebidas a la hora de acostarte.
La mayoría de las personas orinan entre seis y siete veces en un periodo de 24 horas. (Pero también puede ser normal orinar entre cuatro y diez.) La micción frecuente -más de siete veces al día- afecta al 80-95% de las mujeres en algún momento del embarazo.
La nicturia (orinar dos o más veces durante la noche) también es frecuente durante el embarazo, y aumenta a medida que éste avanza. Según una encuesta, el 86% de las mujeres declararon tener nicturia en el tercer trimestre. De ellas, el 20 por ciento dijo que orinaba tres o más veces cada noche.
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Las mujeres embarazadas orinan mucho durante el embarazo debido a los cambios en los niveles hormonales y al aumento del flujo sanguíneo en el cuerpo. La frecuencia de la micción diaria depende de la edad gestacional y también de otras cuestiones como: la cantidad de agua que se bebe cada día, si hay o no una infección del tracto urinario…
Por supuesto, es normal que las mujeres embarazadas orinen con frecuencia durante el embarazo, pero si la madre gestante orina con los intestinos calientes y con un fuerte dolor, debe acudir a centros especializados para que la examinen inmediatamente, porque es muy probable que haya tenido una infección urinaria. Una infección del tracto urinario es una infección de cualquier órgano del sistema urinario, incluidos los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La mayoría de las infecciones afectan al sistema urinario inferior: la vejiga y la uretra. Las infecciones del tracto urinario en las mujeres embarazadas, si no se tratan, pueden causar problemas graves como partos prematuros, abortos, infecciones neonatales… En algunos casos graves, las infecciones del tracto urinario La infección del tracto urinario puede producirse en los riñones, lo que se denomina pielonefritis aguda o nefritis. Orinar con frecuencia pero orinar poco o nada es uno de los síntomas para reconocer la infección del tracto urinario en las mujeres embarazadas. Otros síntomas son la sensación de ardor al orinar, orina con sangre y dolor al orinar.
Embarazo de 41 semanas
Durante el embarazo sientes la necesidad de orinar con más frecuencia porque el útero ejerce presión sobre la vejiga y los riñones producen más líquido debido al aumento de la cantidad de sangre en el cuerpo.
La necesidad de orinar con frecuencia tiende a desaparecer en el segundo trimestre y reaparece al final del tercero, cuando el bebé desciende a la pelvis y presiona la vejiga. Un aumento de las ganas de orinar hacia el final del embarazo puede indicar que se acerca el parto.
No bebas menos para reducir tus idas al baño. Asegúrate de mantenerte hidratada para evitar el estreñimiento y las infecciones del tracto urinario. Aunque tu cuerpo obtiene aproximadamente un litro de agua de los alimentos al día, se recomienda que bebas al menos 1,5 litros más.Reconocer los signos de una infección del tracto urinario
Las ganas frecuentes de orinar durante el embarazo son normales y no indican necesariamente una infección del tracto urinario. Sin embargo, es importante que consultes a tu médico si tienes alguno de los siguientes síntomas:
Embarazo con retención de orina
Jasmine Frank* aún no había dicho a sus compañeros de trabajo que estaba embarazada, pero temía que un síntoma del embarazo revelara su secreto. “En las reuniones que duraban hasta dos horas, tenía que levantarme para ir a orinar a veces tres o cuatro veces”, dice. Además de preocuparse por si interrumpía o se perdía información importante, sus frecuentes visitas al baño le resultaban embarazosas. “¿Y si los compañeros pensaban que tenía algún tipo de problema gastrointestinal o de vejiga?
Por desgracia, sus frecuentes necesidades de orinar no hicieron más que empeorar. Al séptimo mes de embarazo, tenía que ir al baño cada 20 minutos. “No podía ir al baño en el trabajo, estaba muy lejos”, dice Frank. Intentó reservar reuniones en salas cercanas al baño. “O me sentaba lo más cerca posible de la puerta, para poder escabullirme tan silenciosa o rápidamente como pudiera”, dice. A la madre primeriza también le preocupaba que sus frecuentes ganas de orinar pudieran ser señal de un problema. “¿Se debe a que alguien se sienta en mi vejiga, o tengo una infección de vejiga?”.
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