Nadar en agua fría durante el embarazo
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La natación está ampliamente reconocida como uno de los mejores deportes para las mujeres embarazadas, ya que ofrece beneficios aeróbicos, además de involucrar a los principales grupos musculares, y su naturaleza de bajo impacto protege las articulaciones y los ligamentos. Pero, ¿hay algunas brazadas mejores que otras?
En realidad, no hay una respuesta única para todos los casos. Si estás en forma y tienes una buena técnica, y no has tenido complicaciones con tu embarazo, es probable que puedas mantener tu rutina de natación anterior al embarazo, incorporando todas las brazadas a tu entrenamiento. A medida que avanza el embarazo, es posible que tengas que reducir la duración y la intensidad de tus entrenamientos, y también es posible que tengas que eliminar ciertos movimientos si te resultan incómodos. Por lo general, tu cuerpo te hará saber si necesitas tomarte las cosas con más calma.
Mariposa. Algunos expertos recomiendan a las embarazadas evitar la brazada de mariposa por la tensión que supone para la columna vertebral. En general, se considera la brazada más difícil, por lo que quizá no sea ideal si ya te cansas con más facilidad de lo habitual. A no ser que seas una especialista en mariposa, puede que descubras que eres capaz de mantener un nivel de esfuerzo más suave y constante con una brazada diferente.
Qué evitar durante el embarazo
Cuando llevas una nueva vida en tu interior, el ejercicio es probablemente lo último en lo que piensas. Pero hay algunos ejercicios que pueden resultar beneficiosos durante el embarazo. La natación, por ejemplo, es un ejercicio que puede hacerte sentir ligera durante el embarazo. Cuando entramos en una piscina o en cualquier otra masa de agua, sólo pesamos una décima parte de nuestro peso real, y esto es algo que puede jugar a tu favor cuando nades estando embarazada.
La natación es uno de los mejores ejercicios para una mujer embarazada, ya que puede aliviar los dolores asociados al embarazo. Además, la natación es un ejercicio muy recomendable para las mujeres embarazadas, ya que ayuda a mantener su salud. Dicho esto, si una mujer tiene un embarazo complicado o si existe la posibilidad de un embarazo de alto riesgo, hay que tomar ciertas medidas de precaución al nadar, y sólo debe practicarse después de consultar con un médico. Si has estado practicando la natación prenatal, no hay razón para que no continúes, a menos que tu médico te aconseje lo contrario. Sin embargo, será un reto aprender a nadar durante el embarazo. No debes forzar el cuerpo más allá de sus límites y entender hasta dónde puede llegar tu cuerpo con este ejercicio.
Nadar en agua fría durante el embarazo nhs
La mayoría de las mujeres pueden nadar con total seguridad durante el embarazo. Y no sólo es seguro (y divertido), sino que hay muchas buenas razones para darse un chapuzón en su piscina local: ¿Por qué es seguro nadar durante el embarazo? El agua sostiene tu cuerpo, lo que significa que no hay tensión en tus articulaciones.Temas popularesEsto es importante durante el embarazo porque tus articulaciones suelen ser más fáciles de lesionar.Puedes agradecerle esto a la hormona relaxina, que permite que tus ligamentos se estiren para acomodar tu vientre en crecimiento.Es un entrenamiento para todo el cuerpoLa natación trabaja todo tu cuerpo: Brazos, piernas, abdominales, hombros, todo. Se ha demostrado que la natación reduce la hinchazón y la retención de líquidos durante el embarazo.
Embarazo en la piscina
El embarazo puede ser una etapa maravillosa y apreciada en la vida de una mujer. Pero los dolores y molestias en cada centímetro de su cuerpo que vienen de llevar más de 20 libras pueden tomar un peaje serio en su bienestar físico y mental.
La doctora Heather Figueroa, obstetra y ginecóloga de Loma Linda University Health, habla con sus pacientes sobre el ejercicio al principio de cada embarazo y recomienda encarecidamente la natación, especialmente durante los calurosos meses de verano.
Hay algunas complicaciones poco frecuentes en el embarazo que podrían justificar la limitación del ejercicio o el reposo en cama. La más común sería que se rompiera la bolsa amniótica que protege al bebé de las infecciones, dice. “No queremos arriesgarnos a exponernos a las bacterias que se encuentran en las piscinas u otras masas de agua”, dice Figueroa. Si una futura mamá no está segura, Figueroa recomienda que hable con su obstetra.
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